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Foto del escritorFrank Solís

Perdón que da vida

Las Escrituras comienzan diciendo: "En el principio, Dios creó los cielos y la tierra". Si una persona tiene la fe suficiente para creer esto, entonces no tendrá ningún problema en creer el resto de la Palabra. No tendrá problema para creer que Dios hizo llover, preservando a Noé en un barco con un sinnúmero de animales adentro por más de un año; tampoco tendrá problema para creer en la prodigiosa salida de los hebreos de Egipto, o en la sobrenatural fuerza de Sansón, o en las respuestas a las oraciones de Elías.



Si alguien cree en el primer verso de la Biblia, entonces también debe creer en la maravillosa provisión de gracia que Dios tiene para nosotros, los pecadores. Si creemos, entonces debemos confiar en el inmerecido perdón que ansía darnos. Recordemos cómo Jesús perdonó a la mujer adúltera justo antes de ser lapidada (apedreada); y cómo tuvo misericordia de Pedro ante su tibieza al negarle repetidamente, solo por citar un par de ejemplos. A menudo no nos sentimos merecedores de ese invaluable regalo de misericordia llamado perdón.

 

Hermano mío, créalo y recíbalo con fe, y seguramente podrá atestiguar ese mismo fruto de amor brotando de su alma hacia los que lo rodean, aferrándonos a lo que Dios nos dejó escrito en Su palabra, a través de Juan:

“Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.” -1 Juan 2:12
 


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