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Foto del escritorRubén González

Nuestra esperanza y nuestro sentido

Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos purificados.  Y destruirá en este monte la cubierta con que están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a todas las naciones.  Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho.  Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación. -Isaías 25:6-9


Una de las cosas que más agobia al hombre es el sinsentido, que en el diccionario se define como algo absurdo que carece de lógica y no nos lleva a ninguna parte.


Es fácil observar que muchas personas están sufriendo los estragos del sinsentido en sus vidas. La depresión, por ejemplo, cuyos índices aumentan de forma exponencial en el mundo, es un estado de pesadumbre y tristeza que se encuentra ligado al sinsentido. Si bien la aparición de la depresión tiene múltiples causas, la desesperanza en la vida fácilmente nos puede llevar a la depresión.


Muchos matrimonios terminan cuando alguno de los esposos o ambos descubren que estar casados no tiene sentido. Lo mismo ocurre con las personas que caen en adicción, ya que generalmente requieren una sustancia o realizar determinada conducta para escapar del sinsentido de sus vidas.


Conociendo nuestras necesidades, y para alentarnos, Dios nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, como nos dice 2 Pedro 1:4, para que podamos escapar de la corrupción del mundo. En este caso, podríamos decir, de la falta de sentido. Observa el pasaje de Isaías y podrás ver que en esta promesa ya se ha cumplido en parte, y que muchas otras cosas se cumplirán en un futuro. Dios mismo nos ha salvado mediante la muerte de Cristo y prepara un banquete futuro, donde destruirá el dolor y la muerte para siempre, y el sinsentido se convertirá en gozo y alegría.


Hermano, hermana, sé lo fácil que es que el sinsentido aparezca en nuestras vidas, pero no olvides que Dios nos promete que al final, en ese día anhelado, borrará toda lágrima y todo dolor. Que Dios sea tu esperanza y tu sentido.

 


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