Es domingo por la mañana, vas llegando al servicio de las 10, empieza a tocar el grupo de alabanza y ¡ups! no conoces ninguna de las canciones que se están cantando. Algunas tienen melodías extrañas, ¡eran mejor las de antes! piensas. O por el contrario, ¡estas canciones ya pasaron de moda! ¿Para cuándo van a agregar la nueva de Majo y Dan?
Por pura gracia, Dios me ha permitido servir en este ministerio por muchísimos años e incontables veces me he preguntado, ¿cuál es el verdadero propósito por el cual disponemos de este tiempo especial durante el servicio?
"Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren." -Juan 4:23 (RVR60)
“Adoradores en Espíritu y en verdad”. Recordando el contexto en el que Jesús dijo estas palabras en su encuentro con la mujer samaritana, podemos entender que un adorador en Espíritu y en verdad está completamente motivado por amor y por ende, tiene corazón humilde y entendido de quién es Dios. Más allá de las formalidades y la liturgia, un verdadero adorador tiene un deseo despertado por el Espíritu Santo de alabar a su creador. Además, a través del Espíritu Santo podemos tener una profunda compresión de la belleza y gloria de nuestro Dios, lo que nos provoca verdadero asombro.
La consecuencia de una constante comunión con Dios y la presencia del Espíritu Santo en nuestro día a día es una vida de adoración que va mucho más allá de cantar 3 canciones el domingo, más allá que interpretar notas afinadas, más allá que escuchar las alabanzas de moda o las viejitas pero bonitas. Una verdadera vida de adoración está llena de gozo, humildad, paz, y asombro por nuestro Dios. Tú, ¿te consideras un verdadero adorador?