En algunas ocasiones, al buscar el rostro del Señor, mi alma turbada inicia con una oración de adoración y en pocos minutos se transforma en una lista de solicitudes y demandas…
Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir. Y Siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas. -Apocalipsis 4:8-11
Esta porción de Apocalipsis nos describe una adoración perpetua y sin reservas, reconociendo la supremacía y majestuosidad del gran “Yo Soy”: una adoración sin pausa, constante, de día y de noche, y a pesar de toda circunstancia. En total reverencia al Dios Santo, Santo, Santo, puro y sin pecado; Dios Eterno; Dios Todopoderoso; Dios de los ejércitos, temible en batalla; Dios que nunca cambia, cuyo amor perdura para siempre; Dios Creador de todas las cosas y Soberano sobre todo. “Por lo que Él es”, el único merecedor de toda honra y gloria.
Esta mañana le invito a bendecir el santo nombre del Señor, reconociendo Su soberanía, grandeza y gran poder. Que nuestra oración en este inicio de semana sea, primordialmente y a pesar de toda circunstancia, ¡exaltar al Dios Todopoderoso!
Mientras medita en la naturaleza de nuestro Dios, experimente la seguridad y la esperanza de saber que no hay circunstancia que esté fuera del alcance de Su gran poder. Él fue, Él es y siempre será nuestro refugio seguro. Meditar en quién es nuestro Dios nos dará la respuesta a cualquier dificultad, prueba, duda o desesperanza.
Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Cada día te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza; y su grandeza es inescrutable. Generación a generación celebrará tus obras, y anunciará tus poderosos hechos. En la hermosura de la gloria de tu magnificencia, y en tus hechos maravillosos meditaré. Del poder de tus hechos estupendos hablarán los hombres, y yo publicaré tu grandeza. Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia. Clemente y misericordioso es Jehová, lento para la ira, y grande en misericordia. Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras. -Salmos 145:1-9