Amada familia de la fe, hoy es un día muy especial para celebrar con ustedes, a través de este Salmo, 60 años de vida aquí en la tierra en este año 2024, donde Dios me ha plantado. Como lo describe para cada uno de sus hijos, hemos creído en Él como nuestro Padre y Redentor.
Él ya me estaba formando en el vientre de mi madre cuando mis padres biológicos daban por hecho que no serían padres, pero Dios ya tenía otro plan y propósito para mi vida. Fue un 18 de noviembre cuando vi la luz, con la promesa de que un día veré Su Luz por la eternidad, pues este solo será un breve recorrido de mis días y años por esta tierra.
Doy gracias porque, desde ese inicio, Él tomó mi vida y me mostró Su camino de amor. Y aunque no todos los días han sido soleados, aun en las tempestades puedo ver Su mano moldeando mi vida como el Gran Maestro alfarero; a veces duele, a veces acaricia, pero en cada momento le doy gracias por estar en Sus manos.
Te alabo, Padre, por cada día y me maravillo con tus obras, con tu voluntad y con tu tiempo perfecto. Te doy gracias por darme de Ti, de tu gracia y de tu misericordia. Gracias por la familia en Cristo que me rodea, y celebro con ellos mis días. Pronto, muy pronto, estaré en tu presencia, alabándote de día y de noche, y mi ser se llenará de tu gracia y tu poder, una vez más.
Ahora, te ruego ser el instrumento que permita cumplir Tu voluntad, porque para eso me formaste. Que mi alma se regocije en Ti y me cobijen tus alas.
¡Te alabaré por siempre, mi Señor!
Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. -Salmo 139:13-14