Es probable que hoy tengas que hacer dos o tres cambios de vestimenta, pues cada día tiene sus propias actividades y eventos en los cuales participas y actúas: el gimnasio, el trabajo, el evento social, entre otros; lo que te obliga a arreglarte para la ocasión. Incluso cada país y cultura tiene sus propios estándares de etiqueta en el vestir. ¿Sabías que también como cristianos tenemos un código de vestimenta?
"Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto." -Colosenses 3:12-14 (RVR60)
Como sus embajadores (2 Cor. 5:20), y por su gracia somos su Pueblo elegido que le representamos en todo momento. Dios nos escogió y nos ha llamado a vestirnos con sus virtudes y esta es la invitación de hoy para que escojas cómo vestirte: de misericordia, de benignidad, de mansedumbre, de paciencia, pero sobre todo de amor.
Que nuestro atuendo se ponga de moda en un mundo caído en donde podamos con esta vestimenta llevar el mensaje del evangelio. Y como dice:
"Que nuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios." -1 Pedro 3:3-4 (RVR60)
Que hoy nuestro modelar sea en el Espíritu.
