¿Por qué una vida de honestidad con Dios y nuestro prójimo es un requisito importante para disfrutar de una intimidad con Él?
"¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño." -Salmos 24:3-4 (RVR60)
Si en algún tiempo de nuestra vida cristiana hemos perdido nuestra comunión con Dios al no practicar la verdad (1 Juan 1:6), basta con dejar nuestra soberbia y orgullo a un lado para restaurarla. Al ser honestos con Dios y nuestro prójimo acerca de nuestro pecado, Él promete que seremos perdonados.
Al desobedecer su Palabra dejamos la oración en segundo término, lo que nos hace sentirnos distantes del Dios justo y misericordioso, quien está anhelando escuchar nuestro gemir, listo para responder nuestras oraciones genuinas. ¿Por qué deberíamos apartarnos de las muchas bendiciones que hay en una relación de amor íntima y sincera con nuestro Creador?
"Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura." -Hebreos 10:22 (RVR60)
Para que nuestra oración sea efectiva debemos estar en continua búsqueda de Su reino y de una verdadera e íntima relación con Él. Cuando escuchamos el llamado del Señor para servirle, dudas y excusas vendrán a nuestra mente como resultado de nuestra amistad con el mundo y las artimañas del enemigo. Sin embargo, el Señor Jesús seguirá llamando a hombres y mujeres para que le busquen y le sigan en sinceridad.
¿Dejarás el amor al mundo para caminar junto a Él? Acerquémonos cada día más a la gran promesa que nos ha sido dada –el vivir una eternidad adorando a un Dios justo y verdadero.