Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. -Salmo 1:1-3
El contentamiento no son nuestras buenas obras, es la naturaleza inmutable de Dios. El contentamiento bíblico es la confianza total y la bondad de Dios, los que producen frutos de gozo, paz y acción de gracias en nuestras vidas, sin importar las pruebas y circunstancias que nos rodean. Al vivir con carencia del conocimiento de la Ley de Dios, y el estar apegados a las cosas que el mundo nos ofrece que son placeres y satisfacciones temporales, surge el descontento y la avaricia de poseer lo que otros tienen, olvidándonos de la dependencia que debe haber de todas las bendiciones y las promesas que el Señor nos ha dado por medio del conocimiento de su Palabra.
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. -Filipenses 4:19
El contentamiento es esta actitud interior de sentirse satisfecho con lo que se tiene, el cultivar una confianza y dependencia de Dios nos hace fuertes y afortunados con las cosas materiales y espirituales con las que ya hemos sido bendecidos y aprendemos a vivir en plenitud, gozo y agradecimiento eterno con un Dios que nos ama incondicionalmente.
Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré Lo que me pueda hacer el hombre. -Hebreos 13:5-6
Nuestra propia familia, círculo social, y las costumbres con las que hemos sido confrontados en el mundo en el que vivimos, indirectamente nos han apartado de la fe y la dependencia total de Dios. Si nuestra esperanza y confianza depende de lo que el mundo nos ofrece, el descontento y la inconformidad tomara control de nuestro diario vivir y estaremos esclavizados a las corrientes de este mundo, alejándonos aceleradamente de todas las promesas de un Dios Todopoderoso. Amada familia, desarrollemos el hábito de contar las bendiciones que recibimos diariamente y agradecer a Dios por Su bondad. La gratitud cambia nuestro enfoque de lo que nos hace falta a lo que Dios ya nos proveyó.